Es una cosa bastante rara que reviente la rueda de un avión. Aunque todavía lo es más que el resultado de que explote es que salga una parte disparada hacia delante y se meta en el motor. Sin embargo, eso es lo que parece que pasó al avión de Air Canada, a falta de las investigaciones finales que aclaren lo ocurrido el pasado lunes tras el despegue de un Boeing 767 en Barajas que viajaba a Toronto.
Sin embargo, pese a lo inusual de la situación, para el piloto no fue nada del otro mundo. O, al menos, no debía de serlo. Así lo explica Manuel Santos, consejero de la empresa de entrenamiento de pilotos Global Training Aviation (GTA), que además es piloto de Iberia y realiza habitualmente trayectos transoceánicos como el que iba a hacer este Boeing 767.
"Todos los pilotos están obligados cada seis meses a realizar unos exámenes teóricos y prácticos para renovar la habilitación que te permite volar. Y, por supuesto, todas esas veces se practica con supuestos incidentes como el que le ocurrió al piloto de Air Canada".